Viajes en grupo a
UZBEKISTÁN

¿Por qué viajar a UZBEKISTÁN?

Uzbekistán está lleno de peculiaridades: en este rincón de Asia Central con un 94% de población musulmana, la cerveza es, sin embargo, una de las bebidas más baratas y populares. No está considerada alcohol porque el gobierno ha optado por clasificarla ¡como refresco! Y es que tras su independencia en 1991, está ex-república soviética ha retomado la práctica religiosa de forma bastante relajada.

Uzbekistán es un país oficialmente laico, con mujeres con velo -y sin él – y con la mayor cantidad de mezquitas y madrasas del centro de Asia; una arquitectura deliciosa, llena de cúpulas color turquesa y extravagantes minaretes.

Es un destino ideal para un buen viaje de aventuras: contad con que nos adentraremos en el desierto para dormir en una yurta y comer plov, plato típico uzbeco reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Una combinación de cordero, arroz, garbanzos y patatas muy contundente, pero ideal para sobrevivir a los menos 20 grados que puede llegar a marcar el termómetro en febrero.

Otra de las peculiaridades de este país, poco explotado -aún- por el turismo, es la tremenda amabilidad de los uzbekos. Nuestros rasgos occidentales siguen despertando una gran curiosidad en ellos así que recibiremos muchas peticiones para hacerse fotos con nosotros.

La cámara será vuestra mejor compañera durante el viaje por este país en plena Ruta de Seda. La necesitareis sin dudas en las preciosas calles de la legendaria ciudad de Samarcanda, también en la impresionante ciudad amurallada de Jiva, enclavada en mitad del desierto, y por supuesto, cuando visitemos los restos del Mar de Aral, entre otras muchas paradas.

Por cierto, una de nuestras aventuras favoritas en Uzbekistán es ir de trekking para conseguir cruzarnos con algún esquivo leopardo de las nieves.

¿Estáis listos para este viaje, mochileros?

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